domingo, 14 de diciembre de 2008

Cómo hacer una buena mamada.

Señoritas; he aquí lo que estaban esperando, una guía resumida de este finísimo arte. Quisiera decir que está redactada por una experta en la materia, pero el halago en boca propia, es pleonasmo; así que no lo diré.

Como todo en las artes amatorias, una buena mamada, necesita de un escenario idóneo y de cuando menos, dos participantes. Búsquese un rincón cómodo, una parejita querendona y encárguese de que sepa a lo que va, desde un par de días antes. El erotismo está cimentado en las pequeñas esperas.

En este caso, supondremos que ustedes tienen una casa sola, están viendo una película: de autos, choques, nenorras y balazos. Supondremos que usted eligió un brillito labial muy coquetón que hace que esa boquita suya se vea mordisqueable. Sin hacer ningún tipo de comentario sobre la peli, arrejúntesele un poco al muchacho, que probablemente estará embobado viendo sangre, fuego o cualquier otra cosa que brille y se mueva. Dele un besito en la mejilla, cerca del mentón, pásele otra chela (o trago de su preferencia) y al momento de dársela hágale cualquier roce en el brazo y póngase un poquitito melosona. Cuando la peli haya terminado, o esté en la fase aburridona, al poco se da el besuqueo, el fajorreo, el manoseo y... el chaqueteo. Hora de bajar los cierres. ;) Es justo aquí dónde empieza el arte: calcular el momento adecuado para que suene su celular (el suyo de usted, señorita) solicitando su presencia ur-gen-te en otro sitio, acomodarse rápidito la ropa, y no aceptar pretextos: largarse a la brevedad, y dejar al muchacho con la erección al aire y las ganas de que se la chupen.

Esas sí son mamadas ¿qué no?